Tengo unas ganas tremendas de viajar, de sacar fotos, de sentir el viento, el aroma distinto de esta ciudad. Escaparme de problemas y de situaciones que ameriten un pensamiento profundo. Salir de la rutina sin-rutina y hacer cosas distintas. Sentir el olor del pasto sureño, escuchar las vacas mugir, los pájaros silbar y las ovejas... ovejear [nunca he sabido cómo se llama ese sonido]. Cada vez que pienso en irme de este lugar -a vacacionar, o simplemente porque me siento atrapado- pienso en el sur. Será porque es tan similar a Europa del Norte que me hace creer -por un mísero segundo- que realmente estoy allá y no en este país donde la gente hace marchas porque la democracia resultó ser eso, y no lo que ellos querían.
Hace unos minutos atrás abrí un frasco de mermelada de murtilla y el olor me hipnotizó y por un breve instante pensé que estaba en medio de un bosque. Me sentí feliz.
Eso es realmente... me siento atrapado en esta ciudad contaminada y problemática. Quiero escaparme y arrancarme de todo y ser feliz, ser tan feliz como en ese momento en que el olor a murtilla me hizo creer que la Naturaleza es omnipresente.
zaterdag 23 januari 2010
Abonneren op:
Reacties posten (Atom)
1 reacties:
beeeeeeeeeeee las ovejas balan [de balar], comprendo en cierto modo tu sentimiento de frustración, pero si a tu papi le resulta pronto escucharas el viento del sur ^^
Een reactie posten