Hay momentos en que la vida se vuelve tan plana, donde no tener una rutinas se convierte en una y el entretenimiento se divisa tan lejano como el horizonte. Son en esos momentos donde la imaginación desparece, el sueño te gana, y todo parece como un letargo de verano sin fin.
Existen ciertas circunstancias donde uno realmente no tiene nada que hacer, ya todo lo posible lo ha tratado, ya todo se vuelve repetitivo. Y aunque se descubran nuevas formas de entretención, rápidamente se tornan viejas formas de pasar el rato.
Hay una época en las vacaciones, en que el verano es demasiado sofocante, los amigos están lejos, la televisión es aburrida, el internet cae en lo mismo... ¿cómo sobrellevar todo eso sin caer en la locura? Pero si se piensa bien, tal vez caer en un espiral de extravagancias te salva de morir postrado sin hacer nada... Lamentablemente uno no es capaz de autocrearse un estado insano de la mente.
Lamentablemente los astros me influyen de tal manera que el aburrimiento es el peor castigo que me pueden dar. Yo no soporto estar sin nada que hacer, es algo que realmente me molesta, me trauma, me enoja, me enerva y me desespera. Ese es otro motivo que tengo para odiar el verano.
Que los Dioses se apiaden de mi pobre alma humana y me envíen algún jolgorio eterno...
Para mí, todos los días son fomingos. Y ya me cansé de esa rutina.
zondag 3 januari 2010
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