Ayer atropellaron una perrita MUY bonita en frente de la casa de la Andre. Salimos todos [éramos 4 estudiantes de veterinaria juntos lol] a ayudar a la perra... cuando llegamos, tenía todo el brazo derecho dado vuelta [se le fracturó el húmero] y sangre en la boca.
No sabíamos exactamente qué hacer, no sabíamos si mover el perro, si tratar de posicionarle el brazo, nada.
Sólo atinamos a hacer dedo para ke alguien nos lleve a un veterinario.
Por suerte uno de ellos había estudiado un año de enfermería, así que le hizo un tabique ene l brazo con madera que encontramos por allí para que no moviera el brazo. Ningún maldito auto nos quería llevar, cuando ya no sabíamos qué hacer, un moto-boy de Telepizza nos trató de ayudar llamándo para pedir el nº de alguna vet. cercana, pero cuando estábamos en eso, apareció un tipo muy buena onda que se prestó para llevarnos a la vet.
Primero no sabíamos a dónde ir, cuál estaba abierta a esa hora de la noche, tampoco teníamos dinero, nada... Al final nos llevó a una que quedaba cerca de mi casa. Cerrada.
Allí, sin todabía saber qué hacer, llegaron los policías y muy gentilmente nos llevaron a otra, un poco más arriba, la cual es 24hrs.
Llegamos allí, y el veterinario de turno estaba ocupado, ingresando a un perrito que tenía problemas a la médula a la altura del cuello.
Esperamos mucho rato, los que se quedaron en la casa nos llamaban continuamente para saber qué pasaba.
Luego de una larga espera, el médico -un cabro joven- salió y nos explicó todo.
Necesitábamos dinero. No teníamos nada, sin cash, sin tarjetas, con apenas tres celulares, uno sin batería, otro sin dinero y el último, con un saldo limitado.
El tipo igual ingresó al perro, lo examinó y dictaminó que tenía, evidentemente, el húmero roto y que había perdido totalmente la sensibilidad en el miembro, además de unas costillas rotas, y tal vez la vejiga reventada. Si lo último fuera verdad, el perro no tenía mucho que hacer.
Con mis compañeros discutimos mucho qué hacer con el perro. En esas condiciones, si es que tuviese todo esos daños, lo mejor para ella sería eutanasiarla. Lamentablemente, para poder permitir la eutanasia, se necesita comprobar un 100% que el perro morirá en las próximas horas, y para saber eso, necesitábamos hacer exámenes, y por ende, necesitabamos dinero.
Todo lo que teníamos que hacerle al perro nos costaría alrededor de 70 - 100 mil pesos. =S
El tipo, luego de explicarnos todo, nos dijo que deliveraramos qué hacer, que por mientras iba a poner a la perrita en un canil.
Qué podíamos hacer nosotros, 4 estudiantes de veterinaria de primer año, sin dinero, sin lugar para dejar al perro, sin los contactos para conseguir el tratamiento, sin la ayuda de nadie? Si creyera en Dios, diría que en ese momento no estaba presente.
Pasaron horas, horas en las cuales el vet. nos pidió ayuda para hacerle exámenes a otros perros [es impresionante cómo hasta en las peores situaciones uno puede aprender].
A las 2.30 de la mañana, mi madre me llama preguntando que a dónde estaba, le cuento la historia y me dice que me tiene que ir a buscar [a esa hora ya no corren micros].
Decidimos qué hacer con el perro; lo llevaríamos a la casa de un compañero, le pediríamos ayuda a unos carabineros que tienen turno allí para que por la noche, pudiesen tener al perro allí, para luego en la mañana conseguirle casa, o él iba a llamar a su madre para que lo lleven al campo.
El plan sonaba bonito, nos llevamos al perro en el auto de mi vieja con suero incluído, con remedios y recetas que nos dio el vet, a la casa de él.
Cuando llegamos allí, los carabineros dijeron que no. Un simple y mortífero NO.
No sabímos qué hacer.
Decidimos, que él iba a entrar al perro en el pasaje donde vive. Cuando quiso entrar, se le habían quedado las llaves, tuvo que llamar a la dueña de casa donde vive, le abrió y obviamente igual le dijo que no sobre el perro. Que los vecinos se quejarían y pura mierda.
Ya estábamos desesperados. Qué hacer con el pobre perro???? Ya eran las 3.30 y teníamos que tomar una decisión fría. El perro no podía pararse, botaba sangre de vez en cuando, y el pronóstico no era muy favorable. Uno de los carabineros que vigilan el lugar, nos dijo que el perro no podía quedar en la vereda.
Al frente había un parque. Con el dolor de mi alma, decidimos dejar el perro allí, por la noche, esperando que en la mañana siga vivo, y conseguirle un hogar decente.
Le sacamos el suero, y lo llevamos.
Cuando dejamos el perro en el pasto, al lado de unos arbustos, se quedó allí, acostado, sin presentar dolor alguno, ya resignado a su destino.
Una vez en el auto, me quebré. Me sentía impotente, un maldito hijo de puta, no puedo creer que después de cuatro horas tratando de ayudar al indefenso perrito, terminamos dejándolo a su suerte, sabiendo que no iba a sobrevivir. Lloré todo el camino hacia mi casa. Y aún ahora, mientras escribo esto, lloro.
A la mierda con la humanidad, mierda al maldito conductor que atropelló al perro, mierda a los malditos veterinarios que se preocupan del dinero, mierda a los malditos carabineros, mierda a mi por no haber hecho nada más con el perro. Por haberlo abandonado allí.
Espero que esta impotencia me persiga por el resto de mi carrera y luego, para que me recuerde que el verdadero propósito de un veterinario es ayudar y salvar las vidas, no preocuparse si me van a pagar por sacar una maldita radiografía.
zondag 13 september 2009
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